jueves, 20 de diciembre de 2012

Chupete y lactancia materna




El uso del chupete se encuentra muy arraigado en las sociedades desarrolladas, ya que calma el llanto de un bebé, ayuda a conciliar el sueño y reduce el estrés y el dolor en procedimientos desagradables.

Muchos profesionales sanitarios y la sociedad en general piensan que son inofensivos e incluso beneficiosos y necesarios para el desarrollo del lactante. Su utilización es motivo de controversia entre los profesionales que recomiendan o desaconsejan su uso basándose algunas veces en experiencias personales y no siempre en pruebas científicas. Sin embargo, su uso se ha relacionado con acortamiento del tiempo de amamantamiento y dificultades en la lactancia. Otros beneficios del chupete, bien estudiados y demostrados, están relacionados con su efecto analgésico y con el estímulo de la succión no nutritiva en niños prematuros y a término.

El debate sobre su utilización o no es, actualmente, motivo de controversia pero es importante que los profesionales de la salud y los padres conozcan los riesgos y beneficios que conlleva el uso del chupete en relación a la lactancia materna. 


Revisión de la evidencia: uso del chupete y lactancia materna
  
La leche materna es el alimento de elección del lactante humano, de forma exclusiva durante los primeros 6 mes y junto con otros (complementarios) hasta los 2 años o más, según deseen mutuamente madre e hijo.

Entre los factores que tradicionalmente son considerados nocivos para la lactancia materna se encuentra el chupete. Esta situación queda recogida en el paso 9 de la Iniciativa Hospital Amigo de los Niños, que indica “No dar a los niños alimentados al pecho tetinas o chupetes artificiales” .

Se han alegado varias teorías para explicar la asociación entre el uso del chupete y los resultados negativos respecto a la lactancia materna . Algunos consideran que al satisfacer la necesidad de succión con el chupete, disminuye el estímulo y el vaciado del pecho materno, lo que conduce a una disminución de la producción láctea que podría condicionar un destete precoz. Otros autores encuentran una relación con el aumento de dificultades en el enganche y con alteraciones en el mecanismo de succión: el llamado “síndrome de confusión” 3 y, por último, algunos autores como Kramer 4 especulan que el uso del chupete no sea la verdadera causa del destete sino que se trate de un marcador de dificultades en la lactancia o de una escasa motivación para lactar.

En el documento sobre evidencia científica de los 10 pasos se hace referencia a estudios observacionales que demuestran una fuerte asociación entre el uso del chupete y el abandono precoz de la lactancia .

Algunos expertos han observado una relación dosis respuesta en el sentido de que a mayor utilización del chupete menor duración de la lactancia materna.


Recomendaciones del Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría sobre el uso del chupete

El Comité de Lactancia Materna de la AEP reconoce que en el momento actual hay una controversia importante en cuanto al uso del chupete y por ello hace las siguientes recomendaciones:

Debe recomendarse la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida; En los recién nacidos amamantados es mejor evitar el chupete durante los primeros días de vida y no desaconsejarlo cuando la lactancia materna está bien establecida, habitualmente a partir del mes de vida.

Los profesionales deben conocer que en ocasiones el uso del chupete es un marcador de que existen dificultades en la lactancia, por lo que deben identificar estas situaciones y adquirir las habilidades necesarias para ayudar adecuadamente a las madres, tanto con la técnica de la lactancia como infundiéndoles confianza en sí mismas.

Para evitar otros efectos adversos del uso del chupete se recomienda, en todos los  niños, limitar su uso hasta el año de vida, lo cual incluye las edades en las que el lactante tiene más necesidad de succionar.

Los profesionales de la salud deben conocer que, además del chupete, existen otras maniobras para calmar a un bebé como son el contacto piel con piel y otros métodos de succión no nutritiva; Corresponde a los profesionales de salud proporcionar a los padres una información equilibrada, no sesgada, sobre la evidencia disponible de los beneficios y perjuicios del uso del chupete que les ayuden a adoptar sus decisiones. Los responsables son en último término los padres.

Es necesario seguir investigando para comprender mejor el papel de los chupetes en su posible interferencia en la duración de la lactancia o en la aparición de problemas con la misma y estudiar las diferencias de su efecto en las diferentes culturas y tipos de mujer. 


Recomendaciones de otras Sociedades e Instituciones

La Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda que en los niños alimentados al pecho el uso del chupete se posponga hasta la edad de 1 mes, para lograr que la lactancia materna quede bien establecida.

La AAP recomienda retirar el chupete al año de vida para evitar otros efectos adversos derivados de la utilización del chupete.

La Liga de la Leche Internacional (LLI) reconoce que el chupete puede suponer un riesgo para los bebés amamantados y recomienda que se evite su uso hasta que la lactancia esté bien establecida (3-4 semanas), y que no se ofrezca un chupete a los recién nacidos que tienen problemas de agarre o para satisfacer su instinto de succión. Sin embargo, reconocen que hay momentos en que un chupete puede sustituir el pecho de la madre y puede reconfortar a un bebé que, por una u otra razón, está demasiado alterado o nervioso para mamar.