Cuando un bebé nace prematuramente,
es decir, al menos a las tres semanas antes de la fecha prevista,
muchos de sus órganos y sistemas no se encuentran maduros. Es un bebé
que puede tener problemas en su ritmo cardíaco, dificultades
respiratorias, circulatorias y renales, presentar bajo peso, y
encontrarse más propenso a sufrir enfermedades o incluso a no sobrevivir.
La música cuida de los bebés prematuros
Cada día son más los bebés que nacen antes de tiempo, y la recuperación requiere mucho tiempo y dedicación. Considerando esta situación, March of Dimes (Organización
no lucrativo dedicada a promover la salud en el embarazo y los bebés),
realizó un estudio con 500 mil nacimientos prematuros, en los que se
utilizó los efectos y beneficios de la música como alternativa
terapéutica para su salud. Se observó que con los cuidados necesarios y
alternativas como la musicoterapia, la salud de los bebés prematuros había mejorado notablemente.
De hecho, en algunos hospitales ya se usa la música clásica o
instrumental como parte de la terapia. Algunos van a más, suelen
utilizar las canciones de cuna y otros sonidos agregados como el de los
latidos de corazón o el sonido del útero. La música tranquiliza la mente
y cada uno de los órganos del bebé prematuro, haciendo con que la probabilidad de que él sobreviva (hoy de un 70 por ciento), aumente.
La música ayuda a reducir algún dolor, a estabilizar el sueño y la
frecuencia cardíaca de los bebés, a que ganen peso y se sientan más
seguros en el ambiente del hospital. Además, la música ayuda a disminuir
el estrés de los padres y del personal médico. Y eso que la música no
es aconsejable solo durante el tiempo en que el bebé esté en el
hospital. Es importante que cuando el bebé se vaya a casa, los padres
continúen estimulándole con una música tranquila y relajada.
Con la música, los bebés comerán y dormirán mejor, estarán más
relajados y libres de estrés. La música acelera o retarda el ritmo
cerebral, la circulación, respiración, digestión y el metabolismo;
incrementa o disminuye el tono y la energía muscular; altera el sistema
inmunitario; e incrementa la actividad neuronal en las zonas del cerebro
implicadas en la emoción. La música también puede despertar, estimular y
desarrollar diversas emociones y sentimientos. Incita y favorece la
expresión, estimula la concentración y la memoria, y favorece el aprendizaje, así como el desarrollo y el crecimiento de los bebés.